Margarita

<Una emoción habitual en el ser humano…>

En ventiocho años de existencia (que no es poco) he llegado a aprender que una de las emociones más repetidas en esa copleja maquinaria que llevamos en nuestro interior es la decepción. Es fácil mostrarse ilusionado, crearse expectativas, pedir una especie de «mínimo exigido» a la gente a nuestro alrededor… y como el ser humano es imperfecto,  en un elevado porcentaje de situaciones acabamos cruelmente decepcionados.

Podemos decepcionarnos con nosotros mismos, con la vida y la suerte en general… y cuando más duele es cuando una persona importante nos decepciona. Personalmente asumo que mi vida seguirá llena de decepciones (aunque también aparecen inesperadas alegrias de vez en cuando).

Pequeña decepciones han llegado desde mi última gran decepción… aunque esta aún duele un poquito. Hace meses que pasó, y hace meses ya que descubrí que la situación era irremediable, y aunque nunca esperé un disculpa (además de que no la habría aceptado), seguro que  no hubiese estado fuera de lugar.

Empezó con amistad, compenetración, formas similares de ver las cosas, emociones compartidas… atracción, seducción, una aventura… amistad y comprensión otra vez… de nuevo una aventura, aunque sin expectativas más allá de una muy buena amistad (era lo único que realmente quería)… y acabó en silencio y nada. Aún recuerdo cuando le dije «no desaparezcas»… y no hizo más que desaparecer.

Ya no siento ni espero nada de todo aquello que sentí… pero a veces el recuerdo de la decepción persiste.

Apareció un día no recuerdo
en una isla amaneció
Y en sus ojos yo veía mariposas color de rosa
y campanitas y amapolas y caí en sus redes
como cuarenta veces.

Me presenté, estaba en su ciudad de paso
y me invitó al mejor café cortao y en vaso
Me encontraba necesitao de cariño
tras la marcha de una muchacha
que se fue bien lejos.

Ya no espero tus disculpas
Ya no te sigo esperando
Sé que me suerte está cambiando
Ya no espero tus disculpas
Que este frio no es tan malo
Que otro amor curara lo que tú has dejado

Me abandonó se fue sin dejar rastro
supe al cabo de un mes
que engatusó a un chico lejano
Sabia inglés americano cogieron un barco
rumbo a una isla donde según les dijeron
siempre fumaban tabaco.

Me equivoqué perdió las campanitas y los no sé qué
parezco nuevo en esto del amor, escarmenté
Esta es la última vez que me fijo en una sonrisa
en ojos bonitos joder que niña
la del vestido blanco.

<Ya no espero tus disculpas…>